martes, 18 de diciembre de 2012

ARTÍCULO DE MARINA

RENOVARSE SIN MORIR EN EL INTENTO:
 LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN TECNOLOGIAS

RENEWED WITHOUT DIE TRYING:
 
TEACHER EDUCATION IN TECHNOLOGY


L. N. Marina Idalia Rojo López
Estudiante de la Especialidad en Tecnología Educativa  SUV-UAEH
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
México.
08 de diciembre de 2012.

Resumen.
A partir de la frase de dominio popular “Renovarse o morir” es que nace la idea de redactar un artículo que incida sobre la actitud de los docentes frente a la imperiosa necesidad de capacitación y formación en las nuevas tecnologías, que si bien es cierto dominan el mundo actual, no todos las manejan correctamente ni explotan todo su potencial. Tomando en cuenta también que la realidad de nuestros días nos exige capacitarnos de manera permanente (“lifelong learning”) es importante tener una actitud positiva y afrontar  con entusiasmo los retos que se nos imponen.

Se plantea la utilización del “coaching” como estrategia para mejorar la actitud de los docentes frente a los cambios y evitar la resistencia a los mismos, dado que se ha demostrado su eficacia en varios aspectos de la vida.

Palabras clave: capacitación, formación, tecnología, coaching.

Abstract.
From the popular domain phrase "Adapt or die" is that the idea to write an article that hits the attitude of teachers face the urgent need for training and education in new technologies, although they dominate today's world, not all handled properly and exploit their potential. Taking into account the reality of today requires us to enable us permanently ("lifelong learning") is important to keep a positive attitude and enthusiastically confront the challenges imposed on us.

We propose the use of "coaching" as a strategy to improve the attitude of teachers cope with the changes and avoid resistance to them, since it has been proven effective in several aspects of life.

Key words: training, education, technology, coaching.

Introducción
El desarrollo tecnológico trae consigo una serie de cambios a nivel social y cultural, los sistemas educativos no se pueden mantener al margen y dentro de ellos, los docentes son quienes tienen la ardua labor de actualizarse de manera continua, para que “la historia no los rebase”. Sin embargo, esta serie de cambios no es siempre bien adoptada por todo el colectivo y es necesario encontrar estrategias que faciliten la implementación de las nuevas tecnologías informáticas en la docencia de forma generalizada.


Renovarse sin morir en el intento…

"El progreso consiste en renovarse."
Miguel de Unamuno y Jugo, 1864 - 1936

Fue Miguel de Unamuno quien pronunció la frase de que el progreso consiste en renovarse; a partir de ahí es que se hizo popular el refrán de “renovarse o morir”, lo que significa que todo cambio o renovación sirve para subsistir y para mejorar.

Renovarse, reconfigurarse, repensarse, son ahora términos cercanos a nuestra vivencia. Volverse “otra cosa” implica reconocer primero lo que hemos sido, y por otro lado, tener claro lo que produce una nueva configuración a esta identidad de origen: nuevos sujetos, nuevos proyectos, nuevos grupos de trabajo, nuevas energías, nuevas vitalidades. (Covarrubias Cuéllar, 2002)

Durante las últimas tres décadas, los gobiernos y los sistemas educativos de todo el mundo tienen considerado el uso de tecnologías de información y comunicaciones (TIC) como una importante problema para la mejora de la eficacia de la enseñanza y el aprendizaje en las escuelas (Mei-Chuen, et ál., 2012).

Dado que las tecnologías, como netbooks,  pizarras digitales, teléfonos inteligentes y cámaras de vídeo digitales se han vuelto más accesibles y asequibles, junto con la rápida expansión de la capacidad de las redes de computadoras en la enseñanza (Mei-Chuen, et ál., 2012) es apremiante que los docentes que se tienen que enfrentar a los nativos de la era digital reciban una capacitación de calidad para poder estar a la altura de las exigencias.

La emergencia de las nuevas tecnologías exigen formación del profesorado en ejercicio para poner en marcha las innovaciones necesarias para la introducción de estos medios, contribuyen a que se pongan nuevas bases para intentar fundamentar la necesidad de las nuevas tecnologías de la Información en el estudio científico del tratamiento automático de la información y el aprovechamiento de las experiencias sobre informática con una fuerte base psicológica (Fernández Prieto, 2001)

Los cambios que se están produciendo en la sociedad inciden en la demanda de una redefinición del trabajo del profesor y de la profesión docente, de su formación y de su desarrollo profesional. Los roles que tradicionalmente han asumido los docentes enseñando un currículum caracterizado por contenidos académicos hoy en día resultan inadecuados. A los alumnos les llega la información por múltiples vías (la televisión, radio, Internet, etc.) y los profesores no pueden ignorar esta realidad (Gros y Silva, 2005).

En todos los planes de formación del profesorado se recuerda como obvia la necesaria formación permanente de los profesionales de la educación. En épocas de continuo cambio, como es el caso de la era digital en la que vivimos, la educación permanente, o lo que muchos llaman ahora “lifelong learning” o aprendizaje a lo largo de toda la vida, se convierte en una necesidad tanto para estudiantes como para profesores (Gutiérrez Martín, 2009).

Sería un grave error asumir que todos los profesores sienten el mismo entusiasmo y pasión por las nuevas tecnologías. Es imprescindible conocer cuáles son las actitudes del resto del profesorado y qué necesidades tienen (Fernández Prieto, 2001). Queda claro que podemos encontrarnos ante dos escenarios: los profesores que de forma entusiasta asumen el cambio (que incluso lo desean) y aquellos profesores para los que el cambio les genera frustración e incluso apatía.

Hay profesores, especialmente entre los más veteranos, que son reticentes a cambiar la manera en que ejercen la docencia desde hace años y especialmente si esto implica tener que aprender a usar un ordenador. Estos profesores se sienten inseguros en un aula informática y temen perder el control de la situación al no ser ellos el centro del modelo educativo y ante un alumnado que sospechan que maneja los ordenadores con mucha más soltura que ellos. En cualquiera de los casos, se debe tener presente que todo ello implica un esfuerzo de formación y de tiempo para los docentes que no debe ser infravalorado por la institución (Fernández Prieto, 2001).

Las habilidades que posee un docente en un ámbito presencial aún siendo un excelente docente no garantizan el éxito cuando se actúa entornos virtuales “no necesariamente un buen profesor en un entorno presencial, podrá tener buenos resultado como tutor en un ambiente virtual”. Especialmente porque en la formación online se pierde los recursos gestuales que utiliza el profesor, siendo la comunicación escrita la que permite la interacción con los estudiantes. Es necesaria una formación del tutor para dotarlo de las habilidades necesarias para cumplir un adecuado rol en la moderación de la conferencia. Esta debería proporcionarle las habilidades necesarias para desenvolverse adecuadamente en los aspectos sociales, pedagógicos, técnicos y administrativos. Especialmente los pedagógicos y sociales. Un moderador que desee realizar bien su trabajo y quedar satisfecho por su actuación en particular y el logro de aprendizajes de sus estudiantes, debe tomar conciencia de lo relevante que es prepararse para cumplir eficientemente este rol, valorando sus particularidades, complejidades y la diferencia con los roles en otras formas de enseñanza y formación (Gros y Silva, 2005).

Para la sociedad de la información son necesarios educadores comprometidos, educadores que, desde las escuelas, la calle, los medios de comunicación, o cualquier otro foro, se sientan útiles a la sociedad y sean conscientes de que no tiene porqué limitar su acción ni al lugar ni a las directrices ideológicas que le marquen las políticas imperantes de cada época (Gutiérrez Martín, 1999).

Si el profesor debe tener presente el mundo en el que vive y el que intenta ayudar a construir; su formación no debe limitarse al conocimiento de los contextos didácticos, donde las nuevas tecnologías se utilizan como recursos, sino  también el conocimiento de los contextos sociales donde se desarrollan esos medios (Gutiérrez Martín, 1999).

El aprendizaje de nuevas competencias y destrezas será imprescindible para adaptarnos a los nuevos retos que se nos presentan. Competencias como la creatividad, la empatía, la escucha activa, el arte de preguntar y dar un feedback (retroalimentación) estimulante, una actitud de sorpresa ante lo que se nos presenta, intuición, desarrollo emocional y todas aquellas competencias que nos permitirán acercarnos a nuestros alumnos desde perspectivas más entusiasmantes. El rol del educador se amplia de transmisor de un saber a acompañante del saber hacer (Gomà, abril 26, 2012).

Sin embargo en este proceso de formación el papel de los directivos es importante y decisivo. Ya que los gestores educativos en las mayorías de los casos desconocen las herramientas y el tratamiento de la información generada por recursos digitales para la evaluación de los aprendizajes (Rodríguez Zidán, 2010). La tecnología se compra a menudo sin claros objetivos de aprendizaje, y los profesores no tienen los conocimientos o habilidades para reestructurar la experiencia de aprendizaje en torno a la tecnología y en su lugar puede utilizar como complemento o idea de último momento (Thomas et ál., 2012)

Un enfoque para proveer a los maestros con el apoyo colaborativo y personalizado, y sostenido en la implementación y el mantenimiento de las prácticas innovadoras, tales como la integración de tecnología es el “coaching” (Thomas et ál., 2012).

La incorporación del “coaching” al mundo del trabajo ha sido relevante en los últimos años, porque ha permitido no solo centrarse en el desarrollo de técnicas, sino en capacitar a los profesionales en la incorporación de nuevos hábitos, que permitan mejorar y potenciar el desempeño. El verdadero “coaching” abarca la idea de que todos estamos hechos para el cambio, el crecimiento, el aprendizaje y el autodesarrollo continuo (Gorrochotegui-Martell, 2011).

El rol del Coach es aportar desde su persona, como un observador externo al proceso personal de desarrollo de habilidades o aprendizaje en general. Dentro de un contexto de confianza, respeto y gentil desafío (Relación coach-coachee, s.f.). El Coachee (o cliente) es una persona que ha decidido requerir los servicios de un coach para que le ayude a enfocar un momento crítico de su vida, relacionando con su carrera profesional y/o con su evolución personal. (Un coachee es..., s.f.)

Debido a que el coaching se basa en la colaboración y reciprocidad, proporciona un espacio seguro donde los profesores pueden practicar, fracasar y volver a intentarlo (Thomas et ál., 2012). El coaching es un proceso orientado a resultados y que tiene como consecuencia la mejora continua del desempeño, ya sea individual o grupal (Lozano Correa, 2008).

Las ventajas que ofrece el coaching en la práctica docente son numerosa, pero se pueden mencionar entre ellas: saber escuchar, ofrecer una disponibilidad, saber hacer su trabajo, ser competente, tener buen ánimo, una actitud mental positiva… y sobre todo una metodología precisa (Lozano Correa, 2008). Todas ellas benéficas cuando se trata de implementar las nuevas tecnologías a la práctica docente.

El buen docente, bajo los postulados del coaching se conoce a sí mismo, tiene claros no sólo cuáles son sus objetivos sino también los valores y las creencias que los motivan, se ha trazado un plan de acción en el aula y siempre que puede es coherente: vive de acuerdo con sus valores y consistente: actúa y piensa de la misma manera (Lozano Correa, 2008).

Entonces, todo parece indicar que esta filosofía puede ayudar a los docentes a adoptar mejor los cambios generados por la implementación (muchas veces forzosa) de las nuevas tecnologías. Pero, esto funcionaría muy bien con las personas que oponen poca resistencia al cambio, ¿qué hacer cuando los docentes no aceptan de igual forma el cambio?

La resistencia al cambio es algo normal en el momento que se quiere alcanzar un objetivo o meta. Si ya es difícil generar un cambio cuando es motivado desde el interior de uno mismo, asimilar un cambio cuando éste no es auto infligido y es impuesto genera aún mayor resistencia. Todas las personas desean mejorar, pero en este proceso de mejora se tiene que dejar mucho de lado y sacrificar otras cuantas cosas (atención, concentración, voluntad, tiempo, paciencia…).

En realidad empieza el momento de enfrentarnos a nuestra realidad y sobre todo de responsabilizarnos de ello. Ya no podemos culpar a la gente o a nuestra mala suerte del estado en el que nos encontramos. Sólo nosotros tenemos el poder de hacernos el bien o el mal, de avanzar o quedarnos estancados, somos nosotros los que gobernamos nuestros sentimientos, emociones y pensamientos, así que sólo nosotros podemos hacer los cambios, para empezar a crear una realidad de vida diferente a la que vivimos actualmente (López, s.f.).

Son varios los factores que podrían explicar la resistencia de los docentes al cambio con la aplicación del coaching, de acuerdo con Herminia Gomà, estos pueden ser
1.                  Cuando el coach censura, enjuicia, niega o niega la realidad de su Cliente, sin darse cuenta de que sus propias emociones o creencias están afectando al resultado del proceso. Para que el cliente avance el coach ha de aceptar el marco de referencia de su cliente como punto de partida para realizar los cambios que precisa y llegar a un resultado satisfactorio.
2.                  Cuando el coach “obliga” a su Cliente a ajustarse a las necesidades del coach, en lugar de responder a las necesidades particulares de su Cliente.
3.                  Cuando el Cliente considera que se están pisando, relativizando o desconsiderando sus puntos de vista y que la propuesta puede vulnerar su dignidad personal. Tener en cuenta los valores del cliente será fundamental para conectarlo con aquellas decisiones que le llevarán al cambio que precisa.
4.                  Cuando el Coach persiste en un enfoque o punto de vista que no funciona, sin darse cuenta que es su enfoque el que está equivocado, no su cliente el que se resiste. A veces podemos obcecarnos y estar convencidos de que tenemos la razón, de que nuestra intuición es la correcta y que la experiencia confirma nuestra teoría, estrategia o enfoque, sin tomar conciencia que nuestro empecinamiento puede ser la causa de no seguir avanzando.
5.                  Creer que existen clientes desmotivados. Cuando el Coach en su fuero interno ya ha decidido que su Cliente no está interesado en cambiar. Puede ser que no compartan nuestra motivación, pero sin duda tienen las suyas y si las felicitamos comprobaremos que son tremendamente fuertes y movilizadoras.
6.                  Confundir el rol de coach con el de “aleccionador”, e intentar adaptar al cliente a nuestra teoría, “enseñando” a los clientes para que “aprendan”, dándoles “soluciones” sin recordar, que la solución la posee el cliente (Gomà, 2012, enero 19).

A menudo, nuestros pensamientos están condicionados con nuestras conductas inefectivas que junto con las emociones nos llevarán a desarrollar sentimientos positivos o negativos. Son fundamentalmente los sentimientos de víctima, culpa y resentimiento los que construyen las cargas emocionales que más problemas nos acarrean: ignorancia, ira y miedo, cargas emocionales que son las que dominan nuestras vidas y que cuanto antes debemos aprender a canalizar (Mañero, s.f.).

Por desgracia vivimos cargados de creencias limitantes, las cuales impiden el crecimiento personal y profesional. “Nuestras creencias y experiencias pasadas nos permiten interpretar el mundo y tomar decisiones. Sin embargo, también nos anclan y nos impiden cuestionar nuestra realidad” (Cambio de actitud, s.f.).

El coaching ayuda a las personas a cambiar en positivo, deja de lado lo negativo y potencializa todas aquellas virtudes o cualidades de la persona, lo que favorece por ende a afrontar los problemas y a encontrar oportunidades en los episodios de crisis.  De esta forma, es una estrategia y una filosofía de vida muy útil en el proceso de introducción de cambios y que puede emplearse con efectividad para ayudar a los docentes a mejorar su actitud ante los cambios.

Conclusiones

La era digital, en la que estamos inmersos nos plantea muchos retos como docentes, dado que los alumnos (nativos de la era digital) dominan con naturalidad las nuevas tecnologías informáticas, los docentes tenemos la obligación de poder aplicarlas en beneficio de los aprendizajes, sin mostrar resistencia ni titubeos.

Es innegable que la implementación de las nuevas tecnologías se darán en todos los centros educativos (más tarde o más temprano), y ello generará un cambio en la forma de hacer y ser del docente y de la institución; sin embargo, el éxito o fracaso de cualquier sistema educativo es y seguirá siendo el docente, es por ello que conviene tener presente que la inversión en capacitación siempre rendirá frutos y una forma de garantizar el aprovechamiento de la capacitación docente es la implementación de estrategias como el coaching ya que ha demostrado que puede a nivel personal e institucional  logar cambios en positivo, lo cual resulta por demás útil cuando se pone de manifiesto la inconformidad, resistencia o apatía del colectivo para adoptar las nuevas tecnologías en la práctica docente.

Retomando la idea de que todos estamos hechos para el cambio, el crecimiento, el aprendizaje y el autodesarrollo continuo es que el coaching promete resultados efectivos. Además el coaching se apoya del feedback (retroalimentación) para lograr ser más efectivo, por lo que  la mejor manera de integrarlo  como estrategia para generar un cambio de actitud en los docentes que no desean adoptar las nuevas tecnologías es aplicarlo entre pares, crear un feedback entre compañeros de trabajo, lo que generaría un ambiente colaborativo.

El coaching no trata de ser un sustituto a la terapia psicológica, es una estrategia, un método, una filosofía de vida que ayuda a las personas a lograr sus objetivos, y que puede ser muy útil para lograr “Renovarse sin morir en el intento”.

Bibliografía
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